El loco es el.

Siempre estoy preguntándome cuando voy a volverme loco, es una repetición constante. Si ya lo estoy, si ya lo seré,
¿alguien ya lo habrá sido?.
Tengo mis dudas si el agua que estoy bebiendo no sera un niño embotellado. Hoy en dia hacen todo los niños, no me extrañaría atragantarme con pelos conchudos de una ochoañera en mi botella de agua mineral purificada en los Andes.
Igual el loco es el.
Mírenlo, dejenlo, el loco es el.

Desconocidos

Están gritando nombres de desconocidos por todas partes, la gente parece interesarse. Es un momento de mucho pánico, dejenme decirles, contemplo una sociedad abastecerse de hojas y lapiceras, algunos mas osados lápiz y pared. Escriben los nombres, escriben y escriben, hasta memorizarlos para conversar con alguien quien  sepa el mismo nombre, inventarle juntos una historia, un pasado. Conversarlo, convertirlo en profeta o en animal despiadado, familiar o vendedor de reliquias, lo que sea, solo por hablar de algo, con alguien.
Y yo me voy retirando, solo he anotado el nombre de Roberto Santoro. Ojala alguien lo recuerde.

Costos

La ceniza encendida entre los ojos, nubes de humo que pasean por la lengua, una mente que se aleja del pensamiento corriente.
Suena el acordeon entre las disparatadas risas del guitarrista al fondo. ¿Cuanto costaba la vida?. Apenas unas monedas me han sobrado, entre la copa eterna que no he terminado de beber y una mujer que mil versos le he regalado.
Poco le ha costado la felicidad, ¿porque pagaria la vida?.

Remedio sin cura

En los cuartos pintados de rojo se rodean los deseos de mujeres que en su belleza trastabillan el cerebro. Por doquier
se guarda el aroma a cabello suelto, a tobillos descubiertos, a manos que excitan y hacen girar los hielos de un
vaso con ron.
Las palabras van en circulo sobre una mesa rectangular, todo resulta ser parte de una sonda rapaz constante, en armonía.
Ella y mas acá, aquella y por allá, todas ahí, el, la antena parabólica que recibe en agonía. Buscando el tacto con cada letra, sentirse un poco mas infinito.
Espera no olvidarse del amor buscando la esperanza en su imaginación. En la tristeza del día por olvidar despedir la luna.