Aristócratas monarcas unidos con blasfemos bastardos para una tarde de orgías y té.
Metafísica y metanfetamina de ninfomanas en el salón.
El rey folla un árbol por el palco.
Leche de cabra que sale de las estatuas.
Ángeles negros con penes gigantes.
Trompetas de miles, pianos de Chopin.
Se ve el anfitrión que anda de drag queen.
"!Napoleón, napoleón¡
hoy gran fiesta en el panteón
bienvenidos a la traición,
mis amigos, pegasus de fornicación"
Contentos en la danza se visten de piel
Elevada la tierra en nubes de vapor.
Las gotas viajan por la selva de hilos humanos:
Transmutación, transfiguración, transfusión
La palabra aúlla, la frase desgarra, la letra grita.
Se vierte vino sobre la oreja de una virgen
Ritual naciente de los que usan mascaras azules
Todo es espiado por un joven a caballo.
Desde el dibujo de vidrio en la cúpula del techo.
Hieronymus Bosch. Se sienta y masturba el bolsillo.
Eyacula en la mano donde se sienta un pájaro.
Le pica con el pico, le aletea con las alas.
Cae el joven a caballo sobre el medio del acto
Brota sangre de tres pieles que no se mueven
El anfitrión de pelos espanta súbditos blancos.
Hay horror en la paranoia y todos se asustan.
Corren y es tierra de nadie para quien no escapa.
La puerta se aprieta y algunos se excitan.
La luna da la bienvenida a quienes cojen sobre el césped.
El caballo sin amo se excita con las transeúntes.
Asesina violando como a hormigas sin rumbo.
Ya es de día gritan los esclavos.
El salón reluce limpieza por sirvientes pobres.
Un aburrido sonido de pasos de taco rebota el pasillo.
Nadie encuentra al rey que no durmió en su seda.
Parece que otra vez ha escapado en sueños a su palco.
Donde el techo sonríe con el Carro de Heno hacia afuera.
Cerca de un árbol, un caballo se erecta el pene.
