13 ago 2012

Trabalho

Vernos las caras una mañana
diciendo cosas que no son verdad
entre la angustia del sueño
y la vida irreal en la calle;
el deseo en nosotros
es alejarnos cada vez mas,
hasta ser aquello de lo que ayer
hablábamos mal.

¿Seremos humanos que no pueden mirar?
prohibido pensar
algunas horas al día,
como escorpiones alados sin veneno
agujereando el amor,
deseosos por correr,
y comprar, volver a comprar,
¿de que otro modo se puede hablar?

Lleva la hora atada el amanecer,
el atardecer, de noche y en primavera,
verano o invierno, sin descanso en otoño,
balbuceando o diciendo que SI.
Ya no quiero crecer
en este imperio de aburridos,
con corbatas para ahorcados,
y dólares para el ganador.

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