30 sept 2012






En días como éstos donde lo privado del pueblo es de todos, pero lo privado del sistema es exclusivo de unos pocos. Que no muy bien sabemos quienes son, y aunque lo sepamos, nadie hace nada porque el asado del domingo no-se-pos-ter-ga.
No puede el pestillo de la puerta transformarse en un miedo a ser observado. El espacio físico cuando se ve plasmado de información que no necesitamos, pero está, para crearnos su necesidad. Puede incluso, haya alguien en mi armario en este momento. Vos anda tranquilo, destapa las antenas parabólicas y usá un colador de metal, tapálo con papel de aluminio y ponelo en tu cabeza; a luchar de que nadie se entere lo que pensás. O eso dicen al menos, y es suficiente. Vos hacélo, tranquilo, en tu casa, y no vuelvas a aparecer por acá.





23 sept 2012

Escuchemos Morphine y Drum N Bass
Cojamos, veamos, arranquemos, rompamos.
Hablemos de cosmos y magia negra.
Reclamemos, pateemos, saltemos, durmamos.
¿Quien fue Jose Maria Roxas?
Vendamos a nuestros padres
al mejor postor,
tengamos muchos hijos
y armemos la revolución

6 sept 2012

Sea la oscuridad
quien permita ver
un halo de luz
sobre mi sombra;
sea la luz
quien muestre
un halo de oscuridad,
sobre mi piel.

3 sept 2012

Choqué con una remera y resultó ser un martillo

Hay personas, que debajo de la remera, llevan un martillo, a la altura del corazón, por delante del alma.
No lo llevan para clavar un Renoir, torturar un profeta, construir la cucha del perro o matar vampiros de Transylvania. Están para que nos odiemos. Para inventarnos dolor, moretonear el cerebro.
Caminan con remeras de paz, amarillas, verdes y rojas, pero su piel lleva el sabor amargo y seco, rancio y oxidado, duro y frío, del mango de madera y la punta en cubo.
De la mañana con humo negro y humor gris, del budista que no cree en la tierra, del macho que odia a los machos que no cojen hembras, de la voz silenciosa que retumba en el baño y pensás y solo perdés agua y ganas de sentir. Los "ser o no ser" deprimidos por Schopenhauer, los que no quieren creer porque no se les puede creer, los que achican los ojos cuando no los ves, inventores de historias para existir mañana. Están en todos lados y se puede ver el martillo.
Si el mundo tuviera menos remeras, se colgarían más cuadros de Miró.