Gato negro, gatos blancos, una mujer arriba del colectivo me daba calor con sus manos, hasta que apareció EL asiento y solo quedaron sus pelos jugando en mis dedos, la mesa de libros que tambalea, y más tarde, Morfeo leía los 7 locos en una cama multicolor.
-Seriamente hablando, las ofertas de Fravega siguen siento más importantes que tu falta de atención - dijo el que vendía medias al lado del puesto de praline. A las 18:35, momento donde el arma no sabe disparar.
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