Están gritando nombres de desconocidos por todas partes, la gente parece interesarse. Es un momento de mucho pánico, dejenme decirles, contemplo una sociedad abastecerse de hojas y lapiceras, algunos mas osados lápiz y pared. Escriben los nombres, escriben y escriben, hasta memorizarlos para conversar con alguien quien sepa el mismo nombre, inventarle juntos una historia, un pasado. Conversarlo, convertirlo en profeta o en animal despiadado, familiar o vendedor de reliquias, lo que sea, solo por hablar de algo, con alguien.
Y yo me voy retirando, solo he anotado el nombre de Roberto Santoro. Ojala alguien lo recuerde.
Y yo me voy retirando, solo he anotado el nombre de Roberto Santoro. Ojala alguien lo recuerde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario