6 ago 2013

Cuantos suspiros largamos a la hora de cojer,
en esa cama de una plaza,
vestida de colores incoloros,
llorando una pena, repetida, abismada,
con ojos como agujeros,
que ven profundo
husmeando mentiras cuidadosas,
de cristales apagados.

Y el humo escapando de mis dientes
con la saliva de tu lengua,
escribiendonos el pecho,
frases con tinta china,
de odio y amor,
libertad y esclavitud.
delirio y certeza,
con nuestra eterna tristeza.

Siempre nuestro lenguaje,
la interferencia pastosa entre vos y yo,
ese ruido que no entiende español
ni lee los labios,
nos separa,
de vos con nadie,
y de yo con todos.

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