11 sept 2011

98.5478


No tengo temores, me abalanzo sobre el medio de una balanza a medir lo que me importa de lo que no me importa. Miden igual. Todos los peligros están al bajar, ya no se sube. Antes se creía a Dios en el cielo pero no pudieron encontrarlo ni en la luna. Yo me pierdo en la tierra.
Oigo palabras del estiércol y me asusto con las hojas quemadas de una casa de madera, empieza el fuego, hirviendo las escaleras, sin nadie por salvarse, ni el pobre niño recién nacido abrazado a un oso gritando por su madre, que esta borracha en algún bar nocturno buscando un futuro padre que les pague los impuestos. Igual ya no tiene casa, ni hijos. Tal vez, al tiempo, se encuentre realizada y diga: "Así es mejor"

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