-Pase, venga, mire ya: Los mejores culos exóticos contemporáneos del mundo- dice un negro del mapa mundi.
Una pareja de ricos discute la validez de sus argumentos. Suben a un taxi y chocan con un monumento de la plaza. Culpa de unos niños, que pobres, se burlaron de la limosna.
En la esquina tienen sexo dos transeúntes, gritan sobre incesto, violaciones, penetraciones, libertinajes y masturbaciones. Son censurados por una mujer policía que llevaba nunca cojió.
A la lejanía se prende fuego un edificio que se planeaba transformar en un shopping. No hay nada que llorar en ese caso.
Un novio extraña a su novia, que duerme desde hace cinco años, tres meses, una semana, cuarenta días, siete horas, veintiocho minutos con cincuenta y tres segundos. Hoy ya es viernes. Las zapatillas rollingas del novio exhalan mariahuana, que pronto, se convertirán en un símbolo hipster.
El ricachon accidentado, sangrando, poco exitado, pide al negro con el pene parado un cigarrillo. El novio trae el fuego, que guardo en un bolsillo interno del pantalón, junto con la foto de su vieja.
Hablan de política mientras se esfuma el pensamiento, creen en los sueños, tanto como Freud creía en la cocaína.
La novia duerme con los brazos cruzados, desde hace cinco años, tres meses, una semana, cuarenta días, siete horas y treinta minutos con dieciocho segundos.
Una pareja de ricos discute la validez de sus argumentos. Suben a un taxi y chocan con un monumento de la plaza. Culpa de unos niños, que pobres, se burlaron de la limosna.
En la esquina tienen sexo dos transeúntes, gritan sobre incesto, violaciones, penetraciones, libertinajes y masturbaciones. Son censurados por una mujer policía que llevaba nunca cojió.
A la lejanía se prende fuego un edificio que se planeaba transformar en un shopping. No hay nada que llorar en ese caso.
Un novio extraña a su novia, que duerme desde hace cinco años, tres meses, una semana, cuarenta días, siete horas, veintiocho minutos con cincuenta y tres segundos. Hoy ya es viernes. Las zapatillas rollingas del novio exhalan mariahuana, que pronto, se convertirán en un símbolo hipster.
El ricachon accidentado, sangrando, poco exitado, pide al negro con el pene parado un cigarrillo. El novio trae el fuego, que guardo en un bolsillo interno del pantalón, junto con la foto de su vieja.
Hablan de política mientras se esfuma el pensamiento, creen en los sueños, tanto como Freud creía en la cocaína.
La novia duerme con los brazos cruzados, desde hace cinco años, tres meses, una semana, cuarenta días, siete horas y treinta minutos con dieciocho segundos.
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